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ACCESO AL PUNTO DE INICIO
Restaurante bar Depeñaperros
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En el caso de disponer de otro vehículo en el barranco de la Niebla, parece ser que no es posible el aparcamiento
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Se tendría que ir al aparcamiento del Mirador de los Órganos, teniendo cuidado de andar por una carretera con poco tráfico.
Mirador de los Órganos
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Son 750 metros desde el barranco de la Niebla hasta el mirador de los Órganos
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Todos los senderos son accesibles. El sendero del barranco de Valdeazores discurre por una antigua acequia que va superando los pequeños barrancos tributarios por unos pequeños "acueductos". Si alguien tiene vértigo, se puede evitar bajando y luego subiendo al sendero.
Después de la balsa cabe la alternativa de un senderillo estrecho con pendiente a media ladera. En caso de no llevar agua el arroyo, es mejor subir por el cauce del arroyo.
El barranco de Valdeazores para quienes no quieran complicarse la vida
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3652742
El mayor atractivo de este barranco es el bosquecillo de castaños, que en la estación otoñal es un placer para la vista. Es aconsejable llegar en un día soleado con los primeros rayos de sol o a la hora en que el sol esté en el cénit para disfrutar del espectáculo de las hojas amarillas doradas por el sol.
Pero no es el único aliciente. Es un bosque mixto con una diversidad impresionante. A los árboles característicos del monte mediterráneo, debemos añadir coníferas introducidas por repoblaciones forestales. En la solana, predomina el pinar, pero en la umbría encontramos encinas, alcornoques, quejigos, robles melojos, acebos, castaños. Cerca del arroyo hay formaciones en galería de alisos y fresnos, sauces, adelfas y tamujos.
Una vez en la pista, la seguimos y giramos a la izquierda hacia el cerro de Los Órganos (monumento natural). Encontrando en primer lugar el refugio del Collado de la Aviación, pequeño puesto de vigilancia aérea de la Guerra Civil, utilizado después por pastores y dispositivos contraincendios.
Luego nos encontramos con un roquedo despejado en el que hay un pequeño mirador con magníficas vistas del desfiladero de Despeñaperros. El nombre de los Órganos proviene de las formaciones rocosas estratificadas y levantadas por las fuerzas orogénicas, quedando prácticamente verticales, formando un laberinto de estratos a modo de tubos de un órgano musical gigantesco.
Se cruza una valla por una puerta para acceder a una zona de abrigos naturales con pinturas rupestres del Neolítico y la supuesta cueva de José María el Tempranillo. Es un terreno difícil, no recomendable a personas con vértigo no acostumbrada a campo a través.
Ya sólo quedaba bajar al barranco de la Niebla donde han acondicionado dos preciosos y bien trabajados senderos, y volver por la antigua autovía hasta el restaurante de los Jardines de Despeñaperros, donde teníamos los coches.
Esta ruta tiene tres partes importantes:
- Barranco de Valdeazores
- Barranco de la Niebla
- Monumento natural de los Órganos
BARRANCO DE VALDEAZORES
El mayor atractivo de este barranco es el bosquecillo de castaños, que en la estación otoñal es un placer para la vista. Es aconsejable llegar en un día soleado con los primeros rayos de sol o a la hora en que el sol esté en el cénit para disfrutar del espectáculo de las hojas amarillas doradas por el sol.
Pero no es el único aliciente. Es un bosque mixto con una diversidad impresionante. A los árboles característicos del monte mediterráneo, debemos añadir coníferas introducidas por repoblaciones forestales. En la solana, predomina el pinar, pero en la umbría encontramos encinas, alcornoques, quejigos, robles melojos, acebos, castaños, perales silvestres, madroños... Cerca del arroyo hay formaciones en galería de alisos y fresnos, sauces, adelfas y tamujos.
En esta ocasión, dado el mal tiempo con el suelo resbaladizo por el barro, optamos por subir por la loma junto al finalizar los últimos castaños, concretamente la impresionante pareja.
Una vez en la pista, giramos a la izquierda hacia el cerro de Los Órganos (monumento natural). Encontrando en primer lugar el refugio del Collado de la Aviación, pequeño puesto de vigilancia aérea de la Guerra Civil, utilizado después por pastores y dispositivos contraincendios.
Luego nos encontramos con un roquedo despejado en el que hay un pequeño mirador con magníficas vistas del desfiladero de Despeñaperros. El nombre de los Órganos proviene de las formaciones rocosas estratificadas y levantadas por las fuerzas orogénicas, quedando prácticamente verticales, formando un laberinto de estratos a modo de tubos de un órgano musical gigantesco.
El sendero del barranco de Valdeazores discurre por una antigua acequia que va superando los pequeños barrancos tributarios por unos pequeños "acueductos". Si alguien tiene vértigo, se pueden evitar bajando y luego subiendo al sendero.
Después de la balsa cabe la alternativa de un senderillo estrecho con pendiente a media ladera. En caso de no llevar agua el arroyo, es mejor subir por el cauce del arroyo.
El barranco de Valdeazores para quienes no quieran complicarse la vida
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3652742
FUENTES
http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/servtc5/ventana/mostrarFicha.do?re=s&idEquipamiento=19576
http://bit.ly/2fTPszl
BARRANCO DE LA NIEBLA
La continuación del sendero del barranco de Valdeazores/mirador de los Órganos fue bajando al barranco de la Niebla con una incursión al conjunto de pinturas rupestres del cerro de los Órganos
La vegetación que podemos observar en el barranco de la Niebla, no es la que se podría esperar en un paraje como este. Esto es consecuencia de un proyecto de ajardinamiento del que fue objeto el parque natural en los años 50, que introdujo especies exóticas como cipreses y cedros, que hoy nos aportan un contraste más del que disfrutar.
A lo largo de nuestro camino hemos disfrutado de una de las mejores representaciones de lo que es el resto del parque natural en cuanto a diferentes tipos de vegetación. Las repoblaciones forestales con especies del género Pinus se intercalan con zonas de frondosas mediterráneas en las que la encina y el alcornoque son las especies predominantes en las solanas, mientras que en las umbrías se abre paso el quejigo. Todo ello, acompañado de un rico sotobosque se enebros, madroños, olivillas y un largo etcétera que sirven de sustento a las poblaciones de ungulados que tan popular han hecho a este parque natural.
FUENTE: http\://bit.ly/2fCpI9L
ABRIGOS DEL NÚCLEO DE DESPEÑAPERROS
Al bajar por el sendero de la Junta de Andalucía, recientemente acondicionado, cruzamos una valla por una puerta para acceder a una zona de abrigos naturales con pinturas rupestres del Neolítico y la supuesta cueva de José María el Tempranillo. Es un terreno difícil, no recomendable a personas con vértigo no acostumbradas a andar campo a través.
PINTURAS DE VACAS DEL RETAMOSO
El monte de Los Órganos es la mole montañosa más elevada de cuantas forman la ladera oeste del desfiladero de Despeñaperros. Al pie de los grandes bloques de cuarcita, se abren una serie de abrigos que albergan los distintos conjuntos. Localmente se conoce este lugar como “Cueva de José María el Tempranillo” por suponerse que fue el refugio de este famoso bandolero de mediados del siglo XIX
El conjunto IV es el principal. Se encuentra a la derecha del covacho, en un alisamiento vertical de la roca, sobre un poyo rocoso sin protección natural. En la parte superior del sector 2 se observan varias digitaciones dispuestas en arco alrededor de un punto, una barra inclinada con arcos entrelazados, un zigzag, un ramiforme vertical asimétrico que enlaza en la parte inferior con dos barras y una serie de puntos intercalados entre ellas, una especie de flecha horizontal con dos puntas y con tracitos verticales bajo el eje y tres antropomorfos: uno de cuerpo bitriangular (dos triángulos unidos por los vértices) y brazos en asa, otro en doble Y, y otro de aspecto bitriangular portando un instrumento.
En la zona inferior, además de varias barras, puntos y manchas, se sitúa una figura de aspecto bilobulado, tres antropomorfos: uno de brazos levantados con cabeza redondeada, otro formado por los contornos de la cabeza, brazos y extremidades inferiores, y otro con indicación de la cabeza, tronco fino, extremidades inferiores cortas y abultadas y doble trazado de los brazos en X. Numerosos soles y tracitos finos se esparcen alrededor y sobre una figura pectiniforme. En el sector 3, apenas separado de la anterior por una fractura de la pared, se acumulan un buen número de figuras entre las que predominan las barras, los puntos, varios pectiniformes de gran tamaño y ramiformes.
LOS ÓRGANOS (vulgarmente “los gatos” o "los brujos")
Descripción: las pinturas están protegidas por una visera y se hallan en un alisamiento vertical de la roca. La primera figura, describiendo la escena de derecha a izquierda, es un antropomorfo bitriangular muy desvaído con las manos alzadas (cuatro dedos por mano). A continuación y en posición algo más elevada hay un cérvido, con cabeza, falo, cola y una gran cornamenta ramiforme (con quince puntas).
Debajo del cérvido, aparecen un circulo y varias barras que simbolizarían una trampa, formada por un agujero y unos palos para tapar y disimular ese agujero, y junto a él una figura muy perdida pero en la que se pueden apreciar las manos levantadas, como asustando a la presa, que vuelve la cabeza para mirar dicha figura.
Muy cerca del zoomorfo se localiza un antropomorfo bitriangular con tocado tipo oculado, que tiene los dedos indicados en pies y manos. Junto a la anterior encontramos otro antropomorfo bitriangular con tocado tipo oculado, con los dedos indicados en pies y manos, con el cuerpo de menores dimensiones que el anterior pero con la cabeza más grande. La diferencia fundamental que existe entre estos dos antropomorfos, aparte de su distinto tamaño, radica en el tocado sobre la cabeza. Efectivamente la figura mayor, un antropomorfo masculino, tiene los "rodetes" separados de la cabeza y dos "barritas" horizontales paralelas por debajo a cada lado; mientras que su compañera presenta tres "barritas" a cada lado y los rodetes tocando la cabeza y los penachos superiores. A la izquierda hay una serie de figuras diversas.
Fuente:
http\://www.arqueomas.com/peninsula-iberica-arte-rupestre-abrigos-de-despeniaperros.htm
MONUMENTO NATURAL LOS ÓRGANOS DE DESPEÑAPERROS
El final de esta ruta transcurrió por una carretera que ha quedado muerta desde la que podemos apreciar las bellas formaciones rocosas de los Órganos y el río Despeñaperros, que viene inusualmente cargado de aguas torrenciales. También destaca el otoño en las laderas de las montañas con los colores rojos de las cornicabras.
Los Órganos de Despeñaperros
Conjunto de estratos verticales de cuarcitas del Ordovícico de potencia considerable (casi 500 metros) entre los que localmente se intercalan pizarras.
Hace 500 millones de años toda el área estaba cubierta por un mar de escasa profundidad. La zona, lentamente fue rellenándose de arenas y arcillas que, desde la Meseta Ibérica, traían los ríos que aquí venían a desembocar. Fue hace unos 300 millones de años cuando las fuerzas de la tierra hicieron emerger ese fondo marino ahora formado por cuarcitas (arenas) con intercalaciones de pizarra (limos), doblando sus estratos hasta quebrarlos disponiéndolos verticalmente. A partir de ese momento, la erosión diferencial de las aguas y el viento han ido esculpiendo el relieve, creando hermosas y agresivas formas, como estos órganos.
Constituyen la formación más destacada de una serie estratigráfica de edad Ordovícico que se sitúa discordantemente sobre una alternancia de grauvacas y pizarras del Precámbrico.
El relieve denominado Los Órganos constituye el bloque meridional de una falla en el que los estratos se encuentran en posición vertical. En su borde meridional está limitado, a su vez, por otra falla que se ha denominado falla frontal de Despeñaperros o falla de Los Órganos. La erosión diferencial de las cuarcitas y las pizarras, unida a la disposición vertical de los estratos y la resistencia a la erosión de las cuarcitas, proporciona un paisaje de fuertes contrastes, laderas muy pronunciadas y muy accidentado, en el que los sobresalientes estratos de cuarcitas recuerdan las trompas de los órganos de las catedrales.