Nuestra segunda etapa nos lleva desde la encantadora La Réole hasta la vibrante ciudad de Agen. Después de descansar bien en nuestro acogedor alojamiento, estamos listos para continuar esta aventura llena de paisajes variados y momentos especiales.
Partimos de La Réole, cruzando su bonito y antiguo puente colgante (que actualmente está cerrado al tráfico), y nos dirigimos hacia el oeste, en sentido opuesto al día anterior. La razón de este cambio de dirección es llegar al inicio oficial del Canal del Garona, un punto clave en nuestro recorrido. Para ello, pedalearamos unos 12 km por carreteras secundarias, tranquilas y rodeadas de un paisaje que nos encanta: masías tradicionales, extensos campos de cultivo y una vegetación que parece abrazar el camino.
Al llegar al punto de inicio, nos encontramos con un espectáculo: del río Garona nace el canal, y justo allí, un carril bici perfectamente pavimentado corre paralelo a sus aguas tranquilas. Es un momento especial, donde podemos apreciar la ingeniería y la belleza de esta vía de agua que recorrerá 193 kilómetros de nuestro camino.
Durante estos primeros kilómetros, la sensación es de estar en un escenario de cuento: esclusas que regulan el paso del agua, puentes que cruzan el canal y una vegetación exuberante que acompaña cada tramo. La tranquilidad del entorno invita a pedalear con calma, disfrutando del ritmo suave y de la naturaleza que nos rodea.
El desnivel en esta parte es prácticamente imperceptible: aunque vamos ganando en altitud, el ascenso es muy gradual y progresivo, permitiéndonos mantener un ritmo alegre y avanzar con rapidez sin esfuerzo.
Justo en la entrada a Agen, atravesamos una obra arquitectónica que nos deja maravillados: un puente canal monumental, construido en piedra e inaugurado en 1856, que debemos cruzar caminando empujando el tandem. Es una estructura imponente, testimonio del ingenio de aquella época, y nos invita a detenernos un momento para admirarla y sentir su historia.
Finalmente, llegamos a Agen, donde nos alojamos en un lugar cómodo y acogedor, el "Appartement de charme en cœur de ville". Desde aquí, estamos listos para explorar sus encantos, disfrutar de su gastronomía y descansar para la siguiente etapa. La ciudad nos invita a pasear por sus calles, visitar su majestuosa catedral y empaparnos de su ambiente cálido y auténtico, lleno de historia y vida.